La clave reside siempre en el dar

La clave reside siempre en el dar

Tu existencia vital cumple el único propósito de convertirte en creador de tu propio universo. Tu cuerpo físico representa un recipiente vacío que permite que la luz pueda entrar y manifestarse.

Como hemos visto en los capítulos anteriores, si tu recipiente está repleto de creencias familiares y culturales, compulsiones emocionales y representaciones mentales de escasez, no permite que la luz entre y se manifieste en tu vida, así de simple.

Para liberar ese espacio, hemos presentado a lo largo de los capítulos diferentes técnicas y ejercicios que te permitirán generar el vacío suficiente para que la luz pueda manifestarse en tu vida.

El recipiente que representa tu cuerpo físico está basado en el fuerte deseo de recibir para mantenerse con vida. Podemos considerar las siguientes necesidades básicas de la famosa pirámide de Maslow.

  1. Necesidades fisiológicas: Respirar buen aire, un buen lugar para descansar y buen alimento para comer.
  2. Necesidades de seguridad: Un hogar dónde habitar, seguridad física.
  3. Necesidad de afiliación: Amistad, afectividad e intimidad sexual.

Nuestro ego se encarga de encauzar nuestra energía para que dichas necesidades sean cubiertas. Pero más allá de éstas necesidades básicas, no es conveniente centrar más energía y tiempo en satisfacer las necesidades de nuestro ego.

Vivimos en una sociedad experta en crear necesidades ficticias. El entretenimiento, la aprobación social, la acumulación de bienes materiales y un sinfín de necesidades creadas por la industria publicitaria para mantener a las personas centradas en la carencia y la inmadurez. Adultos que siguen pensando como niños al orientar todo su tiempo y energía en el único deseo de recibir: recibir un sueldo fijo, recibir la aprobación de los demás, recibir órdenes de papa estado.

La conciencia de recibir del exterior es la que genera el ingente sufrimento que vemos en nuestra sociedad. Las personas se sienten frustradas y dependientes del sistema porque sienten que no reciben lo suficiente. Pero la máxima paradoja del universo reside en que cuanto más quieras recibir, más tienes que dar.

No estamos aquí para ejercer nuestra conciencia animal y simplemente tratar de sobrevivir. Cada vez que nos sobreponemos a nuestra conciencia animal y ejercemos nuestro libre albedrío para compartir y aportar valor a los demás, comenzamos a existir verdaderamente como hombres libres y no como simples niños-esclavos del sistema.

El máximo valor reside en convertirnos en la imagen y semejanza del creador.

Nos podemos dar cuenta de esto todos los días, con sólo levantar un poco la vista. El sol no está esperando nada a cambio para salir todos los días y entregarle su luz y su calor a la tierra. No necesita que le reconozcamos nada para seguir haciéndolo. Así la tierra también nos ofrece de forma incondicional sus frutos y semillas de todo tipo que bastarían para alimentar a todos los humanos si no nos obsesionáramos en contaminarla y dañarla.

Así la madre entrega también su leche y su cariño a sus hijos sin pensar en recibir nada a cambio. Nuestra capacidad de dar por el placer de dar es el máximo valor al que aspiramos los seres humanos y una garantía absoluta para generar abundancia en nuestras vidas.

Siempre disponemos de la oportunidad para sobreponernos a las situaciones que vivimos y gracias al don de dar por amor es que la vida consigue abrirse paso y prosperar incluso en las circunstancias más difíciles.

El último ejercicio que te propongo para generar abundancia en tu vida es el siguiente:

Escoge un ámbito de tu vida o una situación en el que actualmente te sientas disconforme, frustrado o que te gustaría que fuera mucho mejor. Esto puede ser una relación de pareja, un trabajo, una relación de amistad, etc.

Te voy a pedir que identifiques en cada situación como está posicionada tu conciencia de recibir. Siempre que sentimos que algo no es como nos gustaría que fuese, se debe a que esperamos algo del exterior. Es decir, estamos en una posición de “esperar recibir algo”, ya sea de alguna persona o de la vida misma.

Ahora te pido que polarizes tu actitud y te coloques en una posición de dar en lugar de esperar recibir. Puede que sea en tu relación de pareja dónde sientes que no recibes el afecto o el cariño que mereces. Polariza tu actitud y ofrece el cariño por el placer de compartirlo, sin esperar recibir nada a cambio. Haz lo mismo en una situación laboral, con un amigo e incluso con tu familia. Al hacerlo te darás cuenta de como cambia tu disposición y tu energía. De repente, al ponernos en una posición de dadores se disipa la carencia y la incertidumbre y nos sentimos mucho más completos y abundantes.

Ahora que has terminado de leer puede que te sientas muuy entusiasmado/a.

Durante la lectura has abierto los ojos a una nueva forma de pensar, a una forma diferente de ver el dinero, la vida y hasta los negocios. Sin embargo, este entusiasmo inicial no es suficiente. Si solamente con leernos un libro fuera suficiente, la universidad estaría llena de seres iluminados,

Pero sabemos que no es así. ¡Necesitas despertar de tu forma de ver y de hacer las cosas! Puede que leyamos algo y que pensemos: ¡Uhm, qué interesante! pero rápidamente lo olvidamos a no ser que nos comprometamos realmente con aplicarlo en nuestra vida. Y eso pasa por despertar al gran trance colectivo que nos han inducido desde que nacimos en este sistema. ¡Y ese es nuestro único problema!, ¡que estamos dormidos!

Llegar a convertirnos en la causa de nuestro futuro es la única forma que tenemos para despertar al gran sueño del homo sapiens sapiens: el que es aquello que ya sabe.

Es el tiempo de ser lo que está por venir. De sembrar en el futuro para cosechar en el pasado. Y de esta manera disfrutar de los frutos de la tierra que nos prometimos en el espíritu.

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